Sara cada que salía con Fernando tenía la preocupación que los viera David o algún amigo de ellos, ya que ella se veía a “escondidas” con Fernando, pero éste no lo sabía, él creía que David sabía de su amistad y ella temía que David le hiciera algo a Fernando.
Sara: ¿sabes? Me siento muy bien contigo Fernando, se me olvida todo y se me pasa el tiempo muy rápido, es raro sentir esto, pero me agrada
Fernando la miró, sonrió y se recostó en el pasto, Sara se acercó a los labios de Fernando y le dio un beso, se sintió tan apenada después de hacerlo, que se paro rápidamente y se alejó corriendo hacia su auto.
Fernando no creía lo que había pasado, estaba confundido, pero no negaba la maravillosa sensación del beso que le había dado Sara. Él pensó que Sara sólo estaba jugando, ya que ella tenía novio y aunque las cosas no marcharan bien entre ellos, eso no justificaba que no se pudieran arreglar.
Al día siguiente Fernando se encontró de frente a Sara y ella dio media vuelta y se fue por otro lado, pero él tenía que aclarar lo que había pasado el día anterior. Por qué lo había hecho. Fernando corrió tras de Sara y la detuvo.
Fernando: Sara, ¿podemos hablar? Sara: No, ahora no puedo, estoy esperando a David y no creo que tarde y si nos ve juntos..., no quiero pensar de lo que sería capaz... Fernando: David, David, siempre David, pero lo que paso ayer, ¿qué fue?, Dímelo Sara, ¿a qué estás jugando?
Fernando desesperado tomó del brazo a Sara bruscamente mientras la miraba molesto.
Sara: no juego a nada solo que... se me antojo y suéltame que me estás lastimando |